Sólo una
revolución se ha producido en la historia del vestido, sólo un cambio
verdaderamente radical de concepto vestimentario; comenzó a mediados del siglo
XIV y afectó simultáneamente al tempo de cambio formal indumentario y a la
propia morfología del vestido:
-Se agilizó
el cambio vestimentario, se aceleraron las innovaciones formales. Dicho de otro
modo, surgió la moda en el vestir, es decir, el cambio sistemático de los
estilos vestimentarios y la fascinación por las novedades. Aquí debemos
recomendar el magnífico ensayo de Gilles Lipovetsky (El imperio de lo efímero, 1990),
excelente tratado para comprender la hondura de esta revolución que ha
terminado afectando a todos los productos comerciales.
-El traje
se volvió mayoritariamente anatómico. Opuesto al traje antiguo y altomedieval,
que se basaba en la mera combinación de túnicas y mantos amplios que desdibujaban
las líneas corporales, el traje dibujará y redibujará la belleza física
acomodándolo a cambiantes ideales de atractivo sexual.
Razones que
explican el aceleramiento de la moda en el vestir:
1. Políticas
y económicas En el siglo XIV las naciones europeas
inician un período de prosperidad y estabilidad política y económica que se
saldará con el surgimiento de las primeras naciones modernas: España, Francia,
Inglaterra, etc. La revolución agrícola y técnica que se constata a partir
del siglo XI va a permitir la generación de excedentes y, gracias a éstos, la
segregación de un grupo de campesinos para destinar su trabajo al artesanado:
el surgimiento de los gremios coincide con el resurgir de las ciudades. El
comercio se agiliza y con él el intercambio de tejidos y adornos que expanden
la imaginación de los sastres. El mismo oficio se perfecciona y especializa: en
el siglo XIII había en París diez oficios relacionados con la indumentaria. Un
traje de formas perennes y buenos materiales empobrecería a la industria del
vestir; la moda, el sistema del cambio indumentario, precisa de novedades para
volver obsoletos los trajes que ya poseemos y generar expectación y gusto por
lo diferente.
2. Sociales
Repasamos brevemente algunas teorías sociales que explican la aceleración del
cambio indumentario.
2.1. Teoría
de la competencia social de Spencer. La hipótesis de Herbert Spencer dice que
las clases inferiores, en particular la burguesía naciente de las ciudades,
buscando respetabilidad y crecimiento jerárquico, imita las maneras y usos de
la aristocracia, copia su traje y lo enriquece; como reacción, la aristocracia,
a fin de mantener la distancia social, se ve obligada a cambiar de vestido,
iniciándose así la cadena de los cambios de moda. La moda surgiría de la
dialéctica imitación-distinción.
Estas
teorías gozan de gran estima entre los estudiosos del vestido porque con el
nacimiento de la moda en el vestir se multiplican las leyes suntuarias.
Conocidas desde los tiempos de Solón, las leyes suntuarias obedecen a dos
propósitos: contener el gasto suntuario en oro y sedas para reducir la
inflación y mantener la distinción vestimentaria de las clases sociales. En
todos los países europeos se dictaron pragmáticas suntuarias. Las redactadas
por las Cortes de Valladolid en 1506 resultan particularmente interesantes
porque establecen cinco clases sociales: los grandes del reino (realeza y
grandes de título), los caballeros señores de vasallos, los caballeros y
regidores de ciudades y villas, los menestrales y los labradores.
2.2. Teoría
del despilfarro ostentoso de Veblen. Según Thorstein Veblen (Teoría
de la clase ociosa), en la carrera por la consideración social, se tiende a
gastar para que se vea que gasto, un truco fácil para exhibir el poderío
económico. Es decir, una ley del consumo conspicuo (conspicuous consumption),
exhibicionista. En paralelo podríamos traer la hipótesis de Pierre Bordieu (La
distinción), quien responsabiliza de la moda no a una competencia entre clases
inferiores y superiores, sino a un conflicto en el seno mismo de las clases
dominantes.
2.3. Teoría
individualista de Lipovetsky. El humanismo coincide con la necesidad de
autoafirmación del hombre moderno. La rivalidad social no compromete a unas
clases contra otras sino a todos los individuos, los cuales hallan en el
vestido un modo de expresar su personalidad, su individualidad. Lógica
estética-individualista como lógica de la diferencia y la autonomía. Se puede
leer en el ensayo arriba apuntado (El imperio de lo efímero).
Jubón dicho de Charles de Blois (siglo XIV). Lyon, Museo de los Tejidos. Patronaje sumamente complejo: 28 piezas. |
Razones que
explican la morfología anatómica del traje moderno:
Desde el
siglo XII, el neoaristotelismo recuerda a los humanos que éstos y toda obra
natural proviene de Dios, luego merece el atributo de bella y es legítimo que
sea amada, en contra de la posición de la Iglesia respecto del cuerpo, que lo
había menospreciado como fuente de pecado. Y sucedió que como las ansias de
recuperar la belleza corporal para la mirada –las ansias de recuperar el
desnudo, legítimo en los tiempos antiguos– chocaban con el pudor consolidado
por la Iglesia, el problema se resolvió sublimando el desnudo al vestido: el
traje devino antropomorfo, es decir, figurativo respecto del cuerpo humano,
reflejo del desnudo. Síntoma de ello, la Iglesia reforzará sus diatribas contra
los hábitos desvergonzados...