Fuentes Amelia Leira Sánchez, “La moda en España durante el siglo XVIII”, Indumenta, nº. 0, 2007, págs. 87-94; François Boucher, 20.000 years of fashion, 2001 (1964).
El vestido camisa lo usaban los niños ya diez años antes que sus madres, como vemos en este retrato de la familia Willoughby (Zoffany, 1775, Colección Willoughby). |
Vestidos camisa con cinturones de seda en este retrato de una familia no identificada, pintado por Jean François Sablet. |
Continúa pareciéndonos un atuendo infantil porque las niñas actuales lo siguen luciendo. Goya, Duquesa de Alba, 1795, Alba. |
Spencer, la chaquetilla del Neoclasicismo. |
Greñas, bufandones y transparencias de la juventud parisina revolucionaria: Boilly, Point de Convention, 1801. |
Traslúcidas camisas. Proud'Hon, Familia Shimmelpennick, 1801, Rijsksmuseum. |
El vestido camisa de estilo imperio, 1795-1825 No sabemos por qué el vestido camisa empieza a entallarse bajo el busto. Hay quien responsabiliza de esta moda al pintor francés David porque la promocionaba en muchos de sus cuadros protagonizados por figuras grecolatinas. Este imitar la cultura material del pasado, sean ropas, muebles o fachadas, es propio del tiempo contemporáneo: denominamos historicismos a las recuperaciones de estilos pretéritos.
La volumetría del vestido camisa carece
de precedentes: entallado bajo los senos, cae lánguidamente hasta el suelo, sin
que alteren su caída infraestructuras de ninguna clase.
El vestido camisa se
elaboraba con muselina, la cual señala
la preeminencia que el algodón va a alcanzar en el desarrollo d
e la Edad Contemporánea,
pues no existe Revolución Industrial sin algodón. Para abrigarse, el estilo
imperio admitía pequeñas chaquetillas (spencer, a menudo con adornos de hombros: jockeys), largos abrigos de corte masculino (redingotes) y, sobre todo, chales.
L-L. Boilly, Juego de damas, ha. 1803. Ubicación deconocida. |
Rouget, Mlles. Mollien, 1801. |
L-L. Boilly, El público contemplando la consagración de David en el Louvre (detalle), 1810, N. Y., Metropolitan. |