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Granadas en
el traje
de Isabel de Portugal, duquesa
de Borgoña, tocado de dos cuernos
a punto de pasar e moda, propios de la primera
mitad del siglo XV (Rogier van der Weyden
hacia 1450, Museo Getty, Los Ángeles).
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El. brial,
muy largo, escote en V, y mangas ajustadas (a diferencia de la hopalanda) es el
vestido de
la dama en la segunda
mitad del
siglo XV. (Petrus Christus,
Dama rezando, ha. 1460, Washington, National)
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La indumentaria en Borgoña de los años 1450-1475 puede servirnos de ejemplo de estilo
transicional entre la indumentaria de la Edad Media y la indumentaria de la
Edad Moderna.
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RASGOS MEDIEVALES - Los altos bonetes en forma de cono del atuendo femenino,
verdaderas agujas o pináculos coetáneos de los que se estaban instalando sobre
las torres de las catedrales góticas.
RASGOS MODERNOS - El
rasgo definitivo es la ausencia de faldas largas en el guardarropa masculino
(con la sola excepción de los abrigos): seiscientos años después los
occidentales seguimos considerando que el rasgo más distintivo de la ropa viril
es la carencia de faldas. Y también encontramos en este traje un elemento de
adorno de larguísimo recorrido en la Edad Moderna: los golpes o cuchilladas.
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Los caballeros lucen la moda del traje corto que exhibe ampliamente las
piernas, abrigadas
por calzas enteras muy estrechas y zapatos
puntiagudos, y emplean abultados jubones
estofados para
incrementar la corpulencia en la espalda y los brazos. El traje corto superior
se denomina sayuelo (versión menor del sayo que llega hasta las
rodillas) o jaqueta; los cuellos
de los jubones asoman sobre el escote de las jaquetas.
Las mujeres lucen larguísimos briales
de terciopelo y orillos de piel; la dama
principal, de azul, viste todavía el pellote o sobrecota
de moda desde
el siglo XIII. Una dama luce altísimo bonete cónico, a menudo nombrado en
los
libros con el término "hennin" (La Teseida,
codex Vidobonensis 2617, Viena, Biblioteca)
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Caballeros vestidos con sayos hasta las rodillas
confeccionados con pliegues regulares y
espléndidamente bordados. En
algunos ejemplos llegan a verse los altos cuellos de los
jubones interiores
asomando por el escote. Las piernas se visten con calzas
enteras, protegidas del suelo por medio de galochas de madera. Las figuras de
situadas a l
a izquierda visten ropas de abrigo: una loba (nueva denominación en España para la garnacha
del siglo XIII) roja y un sayón u
hopalanda azul. La fecha temprana explica los peinados
a la escudilla, a
punto de desaparecer (Jean Wauquelin presenta su traducción de las Crónicas
de
Henao a Felipe el Bueno de Borgoña, hacia. 1450, ilustración contenida
en: Jacques
de Guise, Annales Hannoniae,
Biblioteca Real de Bruselas) |
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El estilo se expresa ampliamente en las miniaturas del Roman de la Violette. Los
caballeros exhiben calzas enteras,
muy prietas, y calzado puntiagudo; en contraste,
el sayuelo sugiere poderosos hombros y pecho, grandes espaldas. Se ven
mangas
abiertas longitudinalmente, acaso maneras para extraer los brazos,
quizás las primeras
cuchilladas o golpes, adorno característico del
Renacimiento
(Romain de la Violette, París, BNF)
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¿Tercería? La mujer del brial azul convence a las jóvenes para que se bañen y puedan
ser observadas por los caballeros (Romain de la Violette, París, BNF)
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